Carrasco fue asesinado un 6 de marzo de 1994, solo 3 días después de haber comenzado el servicio militar obligatorio en el cuartel de Zapala. Pero su cuerpo fue hallado un mes después. Existió una explicación oficial que intentó ocultar los hechos, se dijo que habría muerto de frió al querer escapar del ejercito, se dijo pero no se creyó.
La muerte del joven era a causa de una fuerte golpiza del teniente Ignacio Canevaro que con la ayuda de otros dos conscriptos quien golpeó a Carrasco hasta romperle las costillas y dejarlo moribundo que en lugar llevarlo a una enfermería para salvarle la vida, decidieron esconderlo para que se creyera que había escapado.
Las pericias acabaron con el supuesto escape y dando a conocer que Carrasco había muerto en el baño del cuartel luego de varios días de agónica soledad. Canevaro fue condenado a 15 años de cárcel y sus dos ayudantes, los soldados Cristian Suárez y Víctor Salazar, a 10 años de prisión (Ya todos están libres, 23 de noviembre de 2000. Salazar y Suárez obtienen la libertad condicional, 4 de febrero de 2004. Sale libre Canevaro)
Casi 6 meses después de su muerte, el 31 de agosto de 1994 se cerraron las puertas obligatorias de la colimba para los jóvenes de 18 años con el decreto 1537, por decisión del presidente de la nación.
La muerte del joven era a causa de una fuerte golpiza del teniente Ignacio Canevaro que con la ayuda de otros dos conscriptos quien golpeó a Carrasco hasta romperle las costillas y dejarlo moribundo que en lugar llevarlo a una enfermería para salvarle la vida, decidieron esconderlo para que se creyera que había escapado.
Las pericias acabaron con el supuesto escape y dando a conocer que Carrasco había muerto en el baño del cuartel luego de varios días de agónica soledad. Canevaro fue condenado a 15 años de cárcel y sus dos ayudantes, los soldados Cristian Suárez y Víctor Salazar, a 10 años de prisión (Ya todos están libres, 23 de noviembre de 2000. Salazar y Suárez obtienen la libertad condicional, 4 de febrero de 2004. Sale libre Canevaro)
Casi 6 meses después de su muerte, el 31 de agosto de 1994 se cerraron las puertas obligatorias de la colimba para los jóvenes de 18 años con el decreto 1537, por decisión del presidente de la nación.
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